sábado, 29 de agosto de 2015

DÍAS DE ENERO EN BICICLETA Y JULIO

Me fui sola.Si,sola. 
Estaba harta. Harta de que las personas me digan lo que soy, cómo soy, cómo tengo que ser,qué tengo que sentir y qué no. Harta de tener "cabeza de buzón". Una cabeza parada ahí a la vista de todos y todas,donde cualquier transeunte puede ir y depositar su opinión sobre mí, así sin más, como quien deposita un telegrama con un cachito de su miseria,o toda a veces. O como quien va a una fuente a "dejar sus buenos deseos" pero cuando nadie lx ve, se mete a la fuente,saca todo lo que puede y de paso se mea un poco. 
Dos ruedas,esfuerzo, sudor, pensar el destino,pensar. En eso que pedaleo y pedaleo me doy cuenta...la vida es como un viaje por las montañas en bicicleta. Hay caminos que emprendemos en los que predominan las subidas, esas que nos hacen pensar: ¿Estuvo bien venir para acá?¿No me habré equivocado de ruta?¿Porqué no hice otra cosa? Sin embargo la satisfacción al llegar al destino es de un regocijo enorme,se siente como patearle el tablero a la inexistente autoestima que cargo en el equipaje, entre otras cosas, cómo pesa. 
Seguir una línea,seguirla con constancia, paciencia y equilibrio, por momentos un trabajo hiperconsciente, por momentos inercia pura. 
Yo tomaba mi vasito de plástico atado al laaargo cordón umbilical para informar sobre mi próximo camino. Del otro lado se escuchaba: "acordate que ese camino era difícil,fijate si vas por ahí o no,avisa,cuidate, te queremos." Y como siempre (siempre) yo pensaba: "no me acuerdo el camino, pero seguro que no era tan difícil,me mando igual." Y ellos otra vez tenían razón, sin embargo yo llegaba a destino, cansada y mugrienta pero también orgullosa de mí y con ganas de pedalear hasta el infinito. 
Las bajadas,uf! cómo las esperaba, ese impulso que te ganas, por que te lo ganas, es así. Apreciaba los segundos de descanso hasta que Newton frenaba mis cubiertas y otra vez la fuerza la hacía yo, me fundía en movimientos rectilíneos uniformemente variados. 
Sola. Me pregunté si me sentía sola.Pero no. No me siento sola cuando estoy sola.Me siento sola cuando no lo estoy, es decir cuando hay personas a mi al rededor y entonces me viene el deseo de estar verdaderamente sola. Pero a veces cuando lo estoy es que de repente aparecen todos/as a plantearme y replantearme todo tipo de cuestiones y yo esmeradamente enfrento, explico, defiendo lo que hago, siento y pienso ante el público invisible que me condena. Cuando su presencia esta ahí cerca de mí y los veo combustionarse y pelearme el oxígeno, entonces la invisible soy yo.
Un día cantaba reiteradamente en mi cabeza: "tantas veces me mataron, tantas veces me morí..." No quería pensar en el accidente y por eso no quiero tampoco hablar del tema, pero si pensaba en otras de mis muertes y en la muerte y en la vida. 
Hubo un día en el que encontré a una amiga, yo ya la conocía y ella me esperaba, yo la esperaba. Pensaba que si antes no había teléfonos y la gente se encontraba nosotras también podíamos encontrarnos, teníamos qué, andamos para. Y así fue, el firmamento pleno de luces y en el escenario sonidos artificiales y la voz más preciosa,cuántos ancestros,cuántos cantos, cuántos gritos, cuanta nueva sangre saliendo por su boca. Tonolec. 
Había días en que yo volvía al útero de mi madre, su pequeño útero en forma de carpa que me protegía de casuales vecinos ebrios o curiosos, o de tábanos molestos. Yo no quería salir de ahí y nadie me podía decir que saliera, no tenía que hacerlo sino tenía ganas
Otros días....aaahhh!!! esta bien, no me fuí sola. Julio estaba ahí. Si, Julio,ese que D invoca cada dos por tres en las sesiones,me mete en sus historias para que yo pueda comprender mejor mi mambo. Para que yo comprenda mi historia,mi falta,mi castración,mis fantasmas, mis contradicciones, la táctica y la estrategia, el mundo, etc,etc... En realidad es para que yo haga algo al respecto, pero yo siempre ando queriendo comprender más y mejor, hasta que después me siento estúpida y llena de conceptos que solo comprendo superficialmente y ahí viene Karl a mi cabeza con su tesis y me dice: " de lo que se trata es de transformarlo" y yo me siento más estúpida aún. 
Bueno, Julio, ese, el del cielo y la tierra, los saltitos y la piedra (ahí también hay que tener estrategía), el de las instrucciones (cómo desee que existieran sus "instrucciones para matar un tábano,sin perder la cabeza en el intento"), el que escribe sobre el clima de opresión que vas sintiendo en tu propia casa donde siempre te "desalojan" y vos no haces nada al respecto y poseída por el placer que te da el desprecio y tu asistencialismo pequeño burgués, tu condición de mujer que todo lo da y sufre, todo lo cedés y vas abriendo todas las puertas y vas cerrando todas las puertas y cuando te diste cuenta estás del lado de afuera. 
Julio, el que a orillas de algún lago cordillerano rodeado de alambres y cercos de grandes señores dueños del cielo,me hizo sentir que yo era la Maga, que yo era Oliveira, que yo era Gregorovius, o que yo era Rocamadur vulnerable y agonizante. O que yo era yo, que siento cosas que otras almas han sentido corrientemente y que vivir se trata de sentir cosas y de compartir cosas corriéndolos riesgos pero no en clave de dolor, ya no más, que en lo posible deberían ser buenas. 
Entonces me siento estúpida, pero muy en el fondo creo que no lo soy. Necesitaba estar sola y también necesito a las personas que me quieren y que me sacan del fondo como a un pez que quiere ahogarse siempre. YO se que "mi bicicleta" no se mueve para adelante ni para arriba si yo no la muevo con mi propia fuerza, aunque cueste lo que cueste.

Julio dice que "en efecto somos lo más que somos por que nos alteramos, salimos del barro en busca de la felicidad, la consciencia y los pies limpios". Yo se bien que en el intento de salir del barro de la culpa hay eso que él dice "alteración, recaimiento y rehabilitación" y en ese orden y todos los otros, incesantemente, eso es la vida y en los intersticios de eso trato la paz y planeo mi más violenta revolución.

LUNA DE MINERAL

Caminos angostos, poco espacio, mucha gente.
Caminos amplios, muchas opciones, el desierto imponente,
Nada y todo.
No te olvides la sonrisa de la niña más linda, sobrina del sol.
Suelo de oro blanco, paraíso minero, nubes, el cielo no parece más grande.
El camino es libre, podes escribir lo que sea.
Si vas hacia el centro el pescado te puede sorprender.
Milenarios sujetos espinosos te observan, firmes, como estatuas.
Vías a ningún lado, hierro oxidado, restos del monstruo.
Rocas situadas como si alguien las hubiese puesto una por una en el lugar.
Paisaje de escandalosa explosión antigua y tan sereno presente.
Colores, todos; olores a viento; mejillas paspadas,
Rostros partidos, polleras, muchas; bolsas de maíz.
El tour tiene tono francés en tierra latina,
Latina como la cumbia que escucha Wilson.
Montaña cerca del cielo, lagunas de hielo, caldo de minerales.
Abnegadas aves que viven y vuelan,
Se dejan admirar, se dejan capturar por el aparato para que otros vean.
Luego de un par de envidos y 40 ° de alcohol,
La puna se hará sentir a la noche bajo cero,
Aun con tus pies calientes.
Sol, fumarolas. Vapor, frío. La máquina no quiere andar.
El té apesta. La coca no basta.
El viento trae el lamento de Dalí,
Por no haber estado ahí más que en su imaginación.
Fronteras dicen “oui” a San Pedro, nosotros chau.
Pulacayo puede esperar.
Más caminos, más viaje, más tren.
De nuevo con ellos, con “las estrellas”.
El canillita más siniestro que conocí.
Reuniones, diarios, cosas.
Brindis, charlas, realidades, abrazos, invitaciones.
El honor y el orgullo se vuelven frecuentes hablando con ellos. Lindo Jujuy.
La sangre llama pero no tira, quería otra.
Imperio provincial, mansión y genocida en el mismo lugar.
Cambio de turno. Ellos entran y otros salen, de a montones,
El ingenio los escupe como al bagazo de las cañas.
Nosotros merodeamos y escuchamos.
Más abrazos, más viaje.
La lluvia espera por nosotros, el compañero también.
Más abrazos, Nos vamos.
Tal vez nos vea el carnaval, tal vez “el tío” nos espere.
Alfajores y breve prima-vera en Córdoba.
Vuelta, cerca de la tierra, valle, petróleo, río. Lejos de la sal.

ELLA, EL ACTO Y LOS MUNDOS

Por esas cosas de la vida, como la suerte (buena o mala) y la fecundación, entre otros mambos a parte que les tocó a mis padres, es que llegué prematuramente a sus vidas y prematuramente tuvieron que trabajar (mi papá) y terminar sus estudios en el nocturno (mi mamá). Esto último implicó mi presencia y andanzas en “LA institución de mi vida”, también prematuramente, la escuela.
En la escuela fue que la conocí. Ella me trataba muy bien, me complacía y parecía rogarle a mi madre, de la cual además de su profesora se hizo amiga, que la dejara compartir cosas conmigo. Supongo que un poco ahí me contagió el gusto por otros mundos. Libros, juguetes y otras mañas.
Un día hasta me vistió de ángel, un ángel blanquísimo de pelos largos, vestido y flores. No era cualquier día, era el “gran día” para ella, que no sé por qué pero estaba apurada por ser grande, aunque tendría menos de un cuarto de siglo. Y ahí estuvimos de sermones, fiesta y confites, yo como siempre me tomaba muy en serio mi papel, esa vez me tocó de ángel por un día.
Hubo otro gran día, el del egreso de mi mami del secundario, pero ahí vestía yo de rojo, mi madre de tacos (porque también se hacía la grande), ella de capelina, nos abrazamos las tres con un papel en la mano y emocionadas de ya no vernos en las aulas.
Luego me tocó encontrarla ya en los últimos años de mí secundario, el tiempo nos pasó pero no llegábamos ni a mitad de camino aún. Fue mi profesora, siguió inculcándome ese gusto por otros mundos, no solo por animarse a esos mundos, sino por transformar este, inculcando el “subversivo acto” que es leer. Y si, ahí se me iban asomando esas ideas insolentes, más cuestionadoras que no se qué. La mocosa tenía más cosas que decir que Sábato en “Resistencia”.
Así como un día ella me eligió para “su gran ocasión”, yo también la elegí. Y de nuevo, pero 13 años más tarde, nos encontramos emocionadas con papel en mano, despegando, viendo si me hacía la grande o qué.
Bueno, resulta que tan grande no era, porque los tiempos cambiaron… Pero después de varios años, ya haciéndome la grande de verdad, digo, viviendo “sola”, resulta que somos casi vecinas. Y adivinen qué hay cerca de casa, la biblioteca más grande de la ciudad, a la que siempre miro con asombro, en una esquina en la que de vez en cuando nos cruzamos, un lugar al que nunca fui.
Solemos seguir nuestras mañanas y nuestras tardes, mirar las postales de nuestras panorámicas nostálgicas, vaya a saber por qué, conocernos, saber cómo andamos de ánimos, admirar nuestras plantas, leernos cuando hacemos las veces de escritoras y esas cosas que permiten las redes sociales hoy. Sin embargo no nos vemos mucho.

Hoy si la vi. ¿Saben a dónde? Bueno, LA institución. Nos juntó de nuevo. Sonrisas circularon y ella con su complicidad, como esa que me hacía zafar de algún reto o capricho, me dejó una sorpresita en mi saco de grande, mi saco de señorita maestra. Antes de que supiera leer, ya sabía soñar y ella me sorprendía con letras, ella me deja siempre la sorpresita de un mundo por descubrir.

LAS HADAS ESCRIBEN SUS PROPIOS CUENTOS

A Gretel, Mikaela, Ivanna y Tatiana.

Impotencia da no haber podido escuchar las señales de sus gritos mudos. No haber descubierto al ogro simulando amor.
Llegarán los días en que no juntes las migajas para encontrar el camino, como en aquel triste cuento de hadas, porque tu tranquilidad lo trazará nítidamente. Tu mundo de dulces se hará realidad porque las manos constructoras son manos hermanas, de esas que nunca te abandonan.
Y de  una flor de chocolate se asomará una doncella, la más pequeña, pero no menos fuerte. Irán juntas a conquistar el calor de sol. A cerrar las heridas de una feminidad que no quiso callar.
Irán mujeres fuertes, mujeres sin miedo a oler el viento y abrazar el cielo. Irán a besar el recuerdo de danzas, trayectos y vuelos de interminables pistas. Porque más padre fue aquel que le puso alas a sus patines, aquel que les llenó el rostro de brillos y colores.
Difícil es transformarse, difícil es renacer, difícil  ser mariposa y desplegar las alas en un mundo lleno de gusanos. Pero si de algo estamos segurxs quiénes algún tramo de la vida compartimos con ustedes, es de que son unas hadas guerreras patinando esta carrera juntas, que van con gran impulso y decisión  a vencer  de una vez por todas al monstruo de sus noches.

LA VICTORIA


CON SU SER NACIÓ LA FUERZA, ESA QUE INUNDA A LOS PADRES DE LA VICTORIA.
PORQUE LA VICTORIA SOLO PUEDE SER ENTENDER QUE EL AMOR ETERNO SI EXISTE.
LA VICTORIA ES LA FIRMEZA  CON LA QUE SE SOSTIENE Y SE CUIDA UNA DELICADA FLOR HASTA QUE MARCHITA.
ES VER COMO LA DELICADA FLOR LOS SOSTIENE A ELLOS.
O SENTIR  CÓMO SE MARCHITA Y TRASCIENDE A LA INFINITA MEMORIA DE TUS OJOS QUE LA VIERON CRECER.
LA VICTORIA ES DESAFIAR LAS LEYES GENÉTICAS Y DESARROLLAR UN CÓDIGO DONDE EL GENOMA SON LAS CARICIAS  DEL OTOÑO QUE LA VIERON LLEGAR Y LA VEN PARTIR HOY.
LA VICTORIA ES LA ENTRÓPICA  MEIOSIS QUE LE DIO ESE PASAJE AL VALLE DE LOS ESFUERZOS POR DISFRUTAR CADA SEGUNDO DE SUS SONRISAS.

LA VICTORIA  ES EL AMOR EXTRA, LA DULZURA DEMÁS, EL EXCESIVO ANHELO DE BESAR LA TRISOMÍA DE SU ALEGRÍA Y AFERRARSE A SU ENORME CORAZÓN.