domingo, 1 de octubre de 2017

Guillermina, hasta siempre


Nunca hicieron falta las palabras para vos,
nunca nos hicieron falta para escucharte, menos para quererte.
Un torbellino de berrinches.
Tus ojos de irresistibles amor.
Las manos tan llenas de luz,
ese puño buscando complicidad a quién se acercara,
frunciendo la nariz, cerrando los ojos.
Aprendiendo a conocer, a compartir, a expresarte.
Enseñando a quién se detiene a verte con el corazón.
La vida no es solo un transcurrir de oxígeno, eso sí lo sabías, la peleaste.
Acá quedamos tus docentes, juntándonos los pedazos para seguir,
acá queda la más dulce Brisa agradecida de compartir con vos.
Ya te extrañamos, pero te llevamos dentro y ahí nadie muere.